Amores perros

In seinem hochgelobten Debütfilm erzählt der mexikanische Regisseur Alejandro González Inárritu drei Episoden über Liebe, Hass, Träume und Tod in der Millionenmetropole Mexiko-Stadt, die sich durch einen schweren Autounfall schicksalhaft überschneiden.

Amores Perros (reseña)

Amores perros de Iñarritu (2000)

Fue la primera película del director mexicano. En ella se aprecian ya rasgos que aparecerán en otras posteriores. La confluencia de destinos es uno de ellos, esos puntos de intersección entre personas totalmente diferentes. Destinos metidos en su surco que fluyen con rapidez chocan en un punto, en general, con violencia y todos esos destinos dispares y diferentes saltan por los aires para hacerse un único latido.
Como marco tenemos la cultura mexicana, una delgada realidad, la necesidad de las clases más bajas, la supervivencia. La monotonía de la violencia será una constante en las tres historias de la película.
Primeros pasos de lo que será una larga carrera para Alejandro González Iñarritu al igual que para Gael García Bernal, ese joven actor que emana una naturalidad atrayente ante la cámara.
Me hieren ciertas escenas, las peleas de los perros, la sangre que lo inunda todo; inunda al perro vencedor, al perro muerto. Sangre que tiñe el escenario de rojo, salpica a los hombres que allí se encuentran. Los gritos de los hombres azuzando a matar… y esos perros fuera de si, degollándose bajo la mirada embriagada de lujuria y expectación de un público sórdido, real y sin salida.
No percibo esa ficción como ficción sino como realidad.
Mi cerebro me sugiere que eso está ocurriendo ahora.
Ahora.
Desasosiego es lo que me genera.
Un infinito reguero de premios azuza a Iñarritú a continuar con este tipo de ficciones.
Bienvenida la denuncia social.