También la lluvia. Iciar Bollaín (2010)
Ambicioso es el proyecto de rodar una película sobre los españoles en el descubrimiento de América.
Diferentes tramas en una misma película: el rodaje, el conflicto del agua; una historia real de Cochabamba (Bolivia), y la evolución personal de Luis Tosar en su papel de Costa el productor del largometraje. Tres tramas que conviven en 104 amenos minutos.
El proyecto de Icíar Bollaín es ambicioso, tiene raíces afianzadas, ideas que piden ser plasmadas en la pantalla, palabras que tienen que ser dichas en alto, acciones que tienen que ser denunciadas, experiencias humanas que van desde la ignorancia hasta la compasión. Es un material diverso con fuerte significado, tiene carga documental y la oportunidad de mostrar una desnuda evolución en Luís Tosar marcada por el aprendizaje en el campo de batalla que es la vida. No se conseguirá el peso merecido de dichos principios. La película quedará como aguada, la escena final tiene cierto aire americano que la desmerece. La interpretación de los actores me satisface totalmente, con el „todopoderoso“ Karra Elejalde, alcohólico y deambulante, con el cambiante y a la vez humilde en su interpretación Luis Tosar, con el expresivo Gaél García, y hay que mencionar también al actor revelación Juan Carlos Aduviri, Daniel, el líder de los indígenas. No sé si es su físico, o su interpretación lo que me adentra en el pueblo indígena de antes y de ahora.
El conflicto del agua encierra otro más profundo en sí. La privatización del agua en la ciudad, presentada ésta con planos repletos de edificios, una multinacional controlará el agua en Cochabamba. Los indígenas se rebelan, luchan por sus derechos. Surgen manifestaciones en las calles, disputas, violencia. Las calles en guerra, los edificios en guerra, el polvo que todo lo rodea, todo en estado de guerra. Suena una guitarra, una cuerda tras otra, un tono tras otro. La lentitud de la violencia. El blanco y el indígena uno frente a otro. El blanco; ajeno, usurpador, conquistador y el indígena con ese mutismo basado en resentimiento , resentimiento, injusticia y vulnerabilidad. Solo queda ese mutismo y la obstinación del que no habla porque no le caben las palabras para expresar el dolor y la grieta abierta en el interior.
Injusticia desde su descubrimiento hasta la actualidad.
Los españoles, su iglesia, sus creencias, su avaricia. No sé si tendremos suficiente tiempo para enmendar lo ocurrido. El proyecto de Icíar Bollaín es un impulso al pensamiento crítico.
Pudo ser más, pero fue suficiente.
Recomendable.
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